Educación inclusiva y accesibilidad digital

1. Introducción

La Educación Inclusiva y la Accesibilidad Digital son dos temas que cada vez ganan más relevancia en la sociedad. Por un lado, se percibe la educación como un proceso de inclusión social, a partir de una igualdad de condiciones. Por otro, se aborda la tecnología de la información y la comunicación (TIC) como un medio irreversible que trae consigo nuevas exigencias y oportunidades de enseñanza y aprendizaje en contextos diversos.

Mientras tanto, no se puede dejar de subrayar que la innovación tecnológica es un gran desafío teniendo en cuenta que todavía las personas con discapacidad encuentran diferentes resistencias dentro del proceso de enseñanza tradicional. Además, la pandemia de Covid-19 en el mundo y particularmente en Argentina, aumentó la brecha digital en relación con las medidas adoptadas en la Educación, una vez que los enfoques de aprendizaje se concentraron en el sistema a distancia y en línea con el propósito de continuidad de las actividades didácticas.

Según la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (ONU, 2006) la educación inclusiva es parte de un proceso de políticas públicas y de prácticas educativas, asentada sobre un derecho humano básico de todas las personas. Además, la Agenda 2030 de las Naciones Unidas (ONU, 2015) describe 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), presenta en su 4.a Objetivo “Construir y adecuar instalaciones educativas que tengan en cuenta las necesidades de los niños y las personas con discapacidad y las diferencias de género, y que ofrezcan entornos de aprendizaje seguros, no violentos, inclusivos y eficaces para todos".

Se describe un aparato normativo y social de una educación que pone de manifiesto la necesidad de hacer realidad diferentes procesos y situaciones para una inclusión social. Mientras tanto, en Argentina y como bien plantea Cinquegrani (2020), la educación inclusiva se presenta como una deuda de un sistema educativo que resiste a los estudiantes con discapacidad. La autora sigue explicando que todavía prevalece la necesidad de acomodar a las personas con discapacidad a los parámetros escolares preestablecidos, exigiendo que los alumnos cumplan con ciertos modelos y procesos que generan situaciones de abierta exclusión (Cinquegrani, 2020).

Mientras tanto, se observa un aumento de las demandas de la educación inclusiva y que requiere de cambios significativos en el entorno educativo. Dentro de este marco es que aparece el tema de la accesibilidad digital, donde se observa el imperativo de proporcionar tecnologías que ayuden a eliminar las barreras (física, contenidos, materiales, entre otras) para que las personas con discapacidad, independientemente de sus limitaciones puedan acceder a un aprendizaje continuo (Hamburg y Bucksch, 2017).

En este caso, se trata de poder percibir desde las TICs, las diferentes necesidades de aquellos que ya cargan en su historia social, percepciones y características negativas y que buscan superar distintos estereotipos y las prácticas y políticas discriminatorias (Barton, 2001). No obstante, no se descarta la brecha digital, que va más allá de las desigualdades en el campo de la discapacidad. Ya que, en Argentina muchos de los productos y servicios tecnológicos no son accesibles, así como, presentan carencias que obstaculizan un acceso digital según diferentes demandas educacionales, económicas y sociales, entre otras.

Asimismo, el contexto actual exhorta a la construcción de proyectos e iniciativas que deben incorporar las tecnologías digitales en la Educación. Desde allí, y retomando a Barton (2001) se puede decir, que analizar la accesibilidad digital en la educación inclusiva es problematizar la discapacidad desde ciertos puntos que dan vueltas todo el tiempo y requieren de un estudio profundo con referencia a una sociedad pronta a atender las diferentes demandas presentes en la cotidianidad.

Igualmente, el acceso digital induce a repasar los objetivos de aprendizaje capaces de impulsar el proceso de enseñanza y aprendizaje con las personas con discapacidad, a partir de un conjunto de actividades pensadas para el desarrollar de las capacidades personales de los alumnos (Omodei et. al, 2016).

Sin embargo, los obstáculos del acceso digital en las personas con discapacidad pueden ser abordados desde tres aspectos: la asequibilidad, la accesibilidad de los productos y contenidos y la alfabetización digital. En gran parte estas barreras están relacionadas con las condiciones económicas, niveles de estudios, una vez que las personas con mayor acceso a las TICs tienden a tener mayores tasas de poder adquisitivo, escolaridad y status social. Consecuentemente, la accesibilidad digital tiene una correlación directa con las condiciones sociales, económicas y los diferentes niveles de apropiación de la tecnología. (García-Prieto, 2016; Prioste y Raiça, 2017).

Si bien, para muchos el acceso digital parece algo futurístico, no se puede dejar de considerar que la tecnología, está cada vez más presente en diferentes ámbitos, y que sucede a cada momento y pone la discapacidad en un lugar de marginalidad y exclusión social, cuando en las nuevas formas de pensar la Educación, no se concreta el uso de los nuevos modelos de enseñanza con el propósito de la inclusión social (Cabero Almenara y Palmero, 2017).

El tema abre un análisis, no solo desde la calidad que requiere una verdadera educación inclusiva, como por la relevancia que ocupa la tecnología en este escenario y remite a la pregunta: ¿qué papel puede jugar la accesibilidad digital en el proceso de enseñanza y aprendizaje de las personas con discapacidad?

Desde allí, este estudio tiene como objetivo general analizar el rol que desempeña la accesibilidad digital en la educación inclusiva como un medio de eliminar las barreras frente a múltiples demandas de las personas con discapacidad y los desafíos en un entorno de aprendizaje virtual.